jueves, 12 de enero de 2012

La cerveza en Barcelona

Eduard Casas
Blog Coleccionismo Cervecero

En 1853, el farmacéutico y erudito Josep Oriol Ronquillo publica el segundo tomo de su “Diccionario de materia mercantil, industrial y agrícola”. Esta ingente obra pretende mostrar todo el conocimiento de la época sobre estas materias. A partir de la página 56 hace referencia a la cerveza. Después de una descripción de la bebida, de su elaboración y de las industrias europeas de la época pasa a hablar de la introducción de la misma en nuestro país. Comenta que la primera constancia de su elaboración fue en Barcelona en 1819 y pertenecía a la Sra Viuda Peter. La aventura duró bien poco debido a la nula afición de la gente por esta bebida. No fue hasta 1837 cuando el alemán Juan Mauer, con su industria mejorada, empezó a elaborar una cerveza de calidad que poco a poco se fue popularizando en la ciudad. El autor menciona que en el momento de escribir su diccionario existían en Barcelona tres fábricas de cerveza “de bastante buena calidad, las cuales producen este artículo en cantidad suficiente para el consumo local y para la exportación a los pueblos del Principado” y acaba diciendo que en España no se importa cerveza del extranjero. Al final hace un vaticinio: “...creemos que esta industria nunca llegará en España a adquirir un desarrollo medianamente considerable, puesto que la cerveza destinada a ser un sucedáneo del vino, tiene su gran importancia en los países cuya temperatura no permite el cultivo de la viña. La España, en donde la vid es abundante en la mayor parte de sus provincias, y en donde el vino puede obtenerse a precios muy ínfimos, la cerveza será siempre no más que utilizada como bebida de recreo, o por mejor decir, como un refresco durante el tiempo del calor”. El Sr. Ronquillo era todo un “visionario”...

Como ya he mencionado, el autor del libro vivía en una Barcelona con tres elaboradoras, las de Francesc Casanovas en la Rambla de Santa Mónica, la de Jaume Costa en la calle Escudellers y la de Joan Mauer en el portal de Santa Madrona. Aunque según otros autores existía una cuarta, la de J. Heuse en la calle Nou de la Rambla. Todas ellas situadas en la parte baja de la Rambla y aledaños del Raval. Estos locales eran llamados “fábrica-despacho” ya que allí se elaboraba y vendía en pequeñas cantidades cerveza así como aguas gaseosas y licores. Con el tiempo se fueron habilitando espacios para el consumo “insitu” de las bebidas. Poco a poco el consumo fue en aumento y creció el número de fábricas. La primera fábrica de propiedad catalana de un cierto volumen fue la de Miret i Tersa que inició sus actividades en 1860. La empresa, formada por suegro y yerno, se había creado en 1853 para la fabricación y venta de bebidas gaseosas y limonadas, con una fábrica y tienda en la calle Hospital 47, en donde ahora se levanta el teatro Romea. También era muy conocida la de Petit i Sabaté en la calle Tallers, 28. En 1856 se establece en la calle Cirés, 6 la que sería la mayor fábrica de la época, la de Moritz. Crónicas del momento hablan de largas colas para adquirir la bebida, y para agilizar la venta se montan tres tuberías que llevan la cerveza desde el sótano hasta el mostrador. En 1864, desbordado por la gran demanda, abre la nueva fábrica en la Ronda Sant Antoni, recientemente urbanizada tras el derribo de la murallas. Y en 1872 se crea la semilla de la que sería la otra gran cervecera de la ciudad, Damm. Camps i Kuentzmann SRC se establece en una fábrica del Poble Nou del municipio de Sant Martí. Camps es el socio catalán de August Kuentzmann Damm, un cervecero alsaciano que tiene que abandonar su tierra natal debido a la Guerra franco-Prusiana. Años después vendrán otros familiares. Los tiempos que viven no son buenos para los negocios y esta primera empresa no tiene el éxito que esperaban. No será hasta 1876 cuando August se establece por su cuenta en un local en la calle Vilanomat, 25 destinado a la elaboración y venta de cerveza y creando la SA Damm con otros miembros de su familia.

Retrocedamos un poco en el tiempo. En 1869 se abre la primera cervecería como la conocemos actualmente. Se trata de la Gran Cervecería Alemana, en el Portal de Santa Madrona, 28 y se publicita como poseedora de la gran cerveza Strasbourg elaborada por Camps i Kuentzmann. A este primer local siguen la Cervecería Catalana, Ambos Mundos, l’Alemanya, la de Londres, la Gran Cervecería del Correo, o l’Antiga Cervecería. El Sr. Kuentzmann, viendo el negocio de la venta directa, abre una con el nombre de Gambrinus también en la Rambla de Santa Mónica. Estos locales se llenan de clientes fieles que popularizan la cerveza. De todas las empresas elaboradoras serán dos las que crecerán y se convertirán en grandes competidoras. Moritz y Damm serán nombres populares para los barceloneses.


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