"Hans Castorp creció en un clima espantoso, entre el viento y la niebla; creció dentro de un impermeable amarillo, si así puede decirse, y lo cierto es que se sentía bien. No obstante, siempre fue un poco anémico, como pudo comprobar el doctor Heidekind, quien prescribió que, antes de almorzar, al regresar de clase, se le diese cada día un buen vaso de Porter, bebida como es bien sabido fuerte, que el doctor consideraba de un gran valor reconstituyente para la sangre y que, en cualquier caso, dulcificó de un modo apreciable el espíritu de Hans Castorp."
La montaña mágica (1924). Thomas Mann.
viernes, 28 de marzo de 2008
La Montaña Mágica
Etiquetas: literatura
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