jueves, 18 de septiembre de 2008

Gusto

El mejor procedimiento para apreciar la cerveza en toda su plenitud es el siguiente: primero se da un sorbo a la cerveza para humedecer la boca, seguido de un segundo sorbo en el que se paladeará y se degustará más despacio para que la lengua identifique cada una de las características de esta completa bebida.

Los principales sabores que se pueden percibir en la boca al probar una cerveza son los siguientes:

• Suaves
• Secos
• Refrescantes
• Amargos
• Pastosos
• Dulces
• Afrutados
• Maltosos
• Ácidos


En esta gama y en la que se desprende de la misma vuelven a ser de vital importancia los siguientes factores:

• Tipo de cereal
• Variedad y características de la cebada
• Temperatura del tostado de la malta
• Tipo de fermentación
• Levaduras
• Fermentación y tiempo de guarda
• Crianza
• Pasteurización
• Conservación
• Temperatura de servicio
• Recipiente de servicio


Un buen sistema para diferenciar los niveles de amargor de los tipos de cerveza es utilizar una referencia convencional denominada U.A. (unidad de amargor), que tiene una correspondencia directa con la cantidad de lúpulo que se mezcle. Su escala varía entre el 10 y el 100, aunque estos extremos son rarezas exóticas difíciles de encontrar. Los índices más habituales son entre 20 y 35, considerándose el 45 demasiado fuerte. Muy pocas llegan a 60, y éstas pueden ser rechazadas por paladares poco acostumbrados.

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