viernes, 8 de mayo de 2009

El cervecero es el rey

"En cada taberna en verano; en invierno, en cada casa,
allí donde la comarca
se sienta a la mesa, día a día, y bebe,
el burgomaestre es príncipe,
pero el cervecero es el rey.

Allí abajo está su fábrica, abigarrada y humosa,
y se activa el calor y las calderas fermentan,
y él mismo vigila, con el ademán y los ojos,
el sordo y mudo trabajo del agua con los fuegos.

Un aroma de cebada,
no bien se cruza el umbral,
invade el olfato, repentino;
los gruesos caballos orgullosos
pasan acarreando el peso
de cien toneles llenos
en dirección a la plaza
y haciendo temblar un cristal,
que en medio de la tarde centellea
en las ventanas doradas del ayuntamiento.

[...]

Pronto hará quince años que el cervecero trabaja
y que la vida, son sus súplicas y anhelos,
se apretuja, aquí, allá, por todas partes,
en la malla que teje en torno a las tabernas callejeras;
de barrio en barrio su nombre ensancha su reinado.
Entre los bebedores que cabecean en sus sillas,
no bien aparece es él quien paga, y a su tiempo bebe,
y ellos lo siguen por muy lejos que los lleve.
Y así la bebida que vende todas las semanas
se esparce por la ciudad, orientando hacia él,
de casa en casa, corazones y espíritus;
ella es la fuerza pesada y el pensamiento lento
con que se siguen moviendo los cerebros asentados;
y en esos días de elecciones, cuando el poder tiene miedo,
es ella quien calienta, con brusco fuego, el ardor
que encierran las frentes alegres o sombrías;
es ella la que siempre desliza entre los dedos
el voto alerta y frío o el imprevisto voto
que cada cual, en su pasión, introduce en la urna.

En cada taberna en verano; en invierno en cada casa,
allí donde la comarca
se sienta a la mesa, día a día, y bebe,
el burgomaestre es príncipe,
pero el cervecero es el rey."


Emile Verhaeren: Les villes à pignons

No hay comentarios: