Oiga lo que le digo, Abraham:
tanta hambre paso en París que voy al Louvre a comerme el pan y los faisanes de un bodegón holandés. Le arrebato a un hombre de Franz Hals un jarro de cerveza y me harto de espuma. Salgo del museo limpiándome el hocico con el puño cerrado y digo ¿cuándo parará de llover en este mundo, cuándo en el techo de los pobres no rebotarán más piedras, y lloverá maíz en vez de luto?
Poesía completa (1935-1994). Con Vallejo en París mientras llueve. Gastón Baquero
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