martes, 6 de marzo de 2012

Festivales

EDITORIAL

Acabamos el año pasado con el buen sabor de boca que nos dejó la primera edición del Fes-t’hi, celebrado en Vilanova i la Geltrú el pasado mes de diciembre. Para este año ya tenemos las primeras fechas confirmadas. En el mes de junio, por supuesto, la ineludible cita de Mediona, y en abril el Birrasana de Blanes, que este año en su segunda edición se convierte en una cita de dos jornadas. Y en mayo ya podéis apuntaros una nueva cita en el calendario: en esta ocasión toca feria en Calella.

En los últimos años hemos ido viendo como el calendario de citas cerveceras se va consolidando con nuevos eventos y propuestas. Supongo que es una consecuencia lógica del efervescente panorama cervecero y del creciente interés del aficionado por esta bebida, que cada día se aleja más de la simple concepción de refresco con alcohol. Asimismo, entraba dentro de lo lógico acabar teniendo un gran encuentro cervecero en la ciudad de Barcelona. Pero por fin esa laguna se subsanará con la celebración, este mismo mes de marzo, del Barcelona Beer Festival, del que por supuesto encontraréis detallada información en este ejemplar.

Este encuentro parte de un planteamiento inicial diferente del resto de los celebrados hasta ahora, al no contar con la presencia directa de los elaboradores detrás de la barra. Se pierde ese cambio de impresiones con el creador de la cerveza, pero se erige como un buen aliciente el hecho de disponer de un buen número de cervezas concentradas en tres jornadas diferenciadas. De bien seguro que esto atraerá a un buen número de aficionados, y no tan sólo de la propia ciudad.
Cerveceros de fuera de Catalunya nos transmiten su admiración y envidia sana respecto del panorama ferial catalán, que presenta multitud de eventos de gran popularidad que, hasta en algunos casos, se han asentado como citas consagradas. En el resto de España, hasta ahora, destacó el año pasado en Madrid la celebración de la 1ª Feria de la Cerveza Artesana en la Cervecería Europa, y el que recientemente se ha celebrado en Toledo, pero poca cosa más.
Muchos se preguntan a qué es debido, pero la figura de Steve Huxley, la historia asociacional (Humulus Lupulus, Catalunya Home Brewers) y la cantidad de productores (consecuencia de las asociaciones) parecen dar argumentos de peso del porqué este fenómeno cervecero empezó en la zona noreste de la Península.

Recientemente, hemos podido presenciar el efecto contagio que la Comunidad Valenciana ha ido experimentando de su vecina norteña, hasta el punto de que su ya destacable realidad microcervecera hace augurar que dentro de poco tiempo podríamos celebrar la aparición de algún nuevo festival por tierras levantinas, donde ya se celebró uno en Muro d’Alcoi (en 2010), pero que por desgracia no tuvo continuidad.

Algo se está fraguando también en la Comunidad de Madrid, gracias a la aportación de actores importantes como Calvin’s o Cibeles, y de un creciente número de público gracias a sus cervecerías y las nuevas tiendas cerveceras que van apareciendo. Empieza a haber un creciente número de entusiastas que pide a gritos un mínimo panorama ferial también en la meseta, que no dudamos que surja en los próximos años.

Para deleite de los aficionados, estamos ya de lleno en el inicio de la temporada de ferias cerveceras. Desde la Gacetilla, esperamos que sea un año de buen provecho para elaboradores y consumidores, a la vez que deseamos ver cómo nacen nuevos proyectos y encuentros en el resto del territorio nacional.

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