jueves, 13 de noviembre de 2008

Herodoto

Dejando ya a un lado las bestias sacras y divinas, hablemos por fin de los mismos egipcios. (...)
Por lo común, no comen otro pan que el que hacen de la escandia, al cual dan el nombre de cytestis. Careciendo de viñas el país, no beben otro vino que la cerveza que sacan de la cebada. De los pescados, comen crudos algunos después de bien secos al sol, otros adobados en salmuera. Conservan también en sal a las codornices, ánades y otras aves pequeñas para comerlas después sin cocer. Las demás aves, como también los peces, los sirven hervidos o asados, a excepción de los animales que reputan por divinos.


Herodoto. 440 aC. Crónicas. Libro II. LXXVII.

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